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Showing posts from July, 2010

Decisiones y llamadas

Había que tomar una decisión.  Era viernes 4 de septiembre de 2009 y no había indícios de haber llegado a una resolución.  Mi esposa, que seguía trabajando en Tijuana, me había dejado la responsabilidad de decidir.  Así que, de nuevo, puse las cosas en una balanza. -Me vale gorro el mundo, nos regresamos a México! -me dije-. En cuanto me llamara mi esposa le comunicaría la decisión, y ya no habría vuelta de hoja. Sabiendo esto, decidí también que buscaría trabajo en Tijuana y ahorraríamos para comprar una casa, un carro y todas las cosas de las que nos habíamos privado durante tanto tiempo.  De la misma manera, deseaba pasármela de lo mejor en Dresden en nuestros últimos días. Claro está que deseaba guardar dinero para poder llegar con algo a Tijuana. Tenía calculado que nos sobraría lo suficiente como para poder rentar un departamento, comprar muebles y poder buscar tranquilamente un trabajo ad hoc . Ese viernes no se comunicó mi esposa, ya que había decidido pasar el fin de semana

Zweifel, Doubt, Duda

Calladamente, volvimos al departamento. Mi hijo, quien tiene una capacidad asombrosa de sonreír hasta en las circunstancias más adversas, no mencionaba nada acerca de la partida de su madre, y su sonrisa característica se había esfumado. Se le veía un tanto distante y su mirada se perdía por la ventana del tren que nos devolvía a nuestro hogar en Dresden. No sé si haya mencionado que mi esposa se regresó a México sin un sólo centavo en el bolsillo. Todo estaba arreglado de tal manera que pudiera prescindir del dinero; pero si llegaba a haber un inconveniente, no iba a tener ella la capacidad económica de afrontarlo, aun siendo el más mínimo detalle. Se había arreglado que una maestra de la escuela en donde trabajaba mi esposa pasara a recogerla en el aeropuerto de Los Ángeles y la llevaría hasta la casa de mis padres, en Tijuana, quienes ya la esperaban. Sin embargo, el viaje de mi esposa tuvo un gran inconveniente: No la dejarían abordar el avión que salía de Dusseldorf hacia Estad

Fantasma Mexicano

Las cosas las pusimos en una balanza una noche cuando mirábamos por la ventana, y el fantasma del regreso a México nos alcanzó de nuevo.  Para esto debo apuntar que la remodelación del restaurante fue concluída a tiempo y los contratos empezaron a ser entregados a los empleados que allí laborarían.  Fui llamado para ayudar a barnizar las mesas y las sillas de la terraza y allí se encontraba también la esposa del encargado del lugar.  Desde donde me encontraba podía oír lo que decían y también ver lo que hacían.  Pasaron bastantes empleados del restaurant y también uno que otro extraño; a todos se les dio contrato.  En fin, yo sabía que podrían tener mi contrato y en cualquier momento iba a ser llamado. Terminé de barnizar las mesas y las sillas, ayudé a acomodar la barra del bar, barrí, cargué, limpié y al final, justo cuando había terminado, me mandaron llamar. Sí!  Por fin!  La tranquilidad se acercaba y no lo podía creer.  Había pasado tanto tiempo de carencias y desesperanza que m

Desierto a base de jogurt y "Netto"

De ahí en adelante las cosas cambiarían.  Para bien o para mal, las cosas darían un giro o, al menos, eso pensaba. Mientras tanto, seguía "trabajando" en la obra de remodelación del restaurante.  El calor hacía de las suyas en Alemania y, conforme pasaban los días, el dinero había pasado a ser algo completamente lejano para mí. Había pedido que me fuera pagado diariamente para poder mantenernos en lo que se firmaba un contrato fijo de trabajo. Afortunadamente, me fue pagado de esa manera. Entonces, si trabajaba dos o tres horas, recibía la cantidad correspondiente; en este caso, se me pagaba a cinco euros la hora (hagan ustedes sus cuentas). Dicho "sueldo" apenas alcanzaba para poder alimentarnos. Lastimosamente, no era llamado a diario y, por ende, teníamos que ser bastante calculadores con el dinero. De esta manera, les presento mi menú de junio-julio de 2009: Lunes: Huevo con papa Martes: Huevo con papa Miércoles: Atún a la vizcaína Jueves: Atún a la vizcaína V