Decisiones y llamadas

Había que tomar una decisión.  Era viernes 4 de septiembre de 2009 y no había indícios de haber llegado a una resolución.  Mi esposa, que seguía trabajando en Tijuana, me había dejado la responsabilidad de decidir.  Así que, de nuevo, puse las cosas en una balanza.

-Me vale gorro el mundo, nos regresamos a México! -me dije-.

En cuanto me llamara mi esposa le comunicaría la decisión, y ya no habría vuelta de hoja. Sabiendo esto, decidí también que buscaría trabajo en Tijuana y ahorraríamos para comprar una casa, un carro y todas las cosas de las que nos habíamos privado durante tanto tiempo.  De la misma manera, deseaba pasármela de lo mejor en Dresden en nuestros últimos días. Claro está que deseaba guardar dinero para poder llegar con algo a Tijuana. Tenía calculado que nos sobraría lo suficiente como para poder rentar un departamento, comprar muebles y poder buscar tranquilamente un trabajo ad hoc.

Ese viernes no se comunicó mi esposa, ya que había decidido pasar el fin de semana en Tecate en compañia de su familia.  El sábado por la mañana recibí la llamada de mi esposa.  Le hice saber mi decisión y aceptó. Era hora de buscar un vuelo lo más pronto posible.  No quería gastar ese dinero en algún hotel si es que nos corrían del departamento.  Obviamente, me iría sin pagar lo que debía del departamento; mandaría a volar todo y haría mi vida de nuevo en México. Ya me sentía cansado de todo y de todos en Alemania.  La vida había hecho de las suyas y no me había permitido el vivir fuera de México,  punto.

Ese sábado lo pasé tranquilo.  Había alejado toda duda y me enfoqué en mi hijo. Quería que no se le olvidara nunca nuestra travesía en Alemania y, sobre todo, quería que tuviera la sensación de que fueron unas vacaciones en Europa.

Había visto que tenían vuelos para el miércoles siguiente.  Mi esposa y yo acordamos que compraríamos dichos pasajes por Air Berlin, los cuales son una ganga si nos ponemos a ver tarifas en Lufthansa o en las aerolíneas clásicas. 960€ sería por los dos y esto me daba la posibilidad de llegar con aproximadamente 1000€ a México que, traducidos al tipo de cambio de esa época, eran algo así como $20,000 pesos mexicanos.  No estaba mal; alcanzaría para todo lo que pensaba.

Sin embargo, el domingo se metió la locura en mí, y deseaba darle a mi esposa la sorpresa de llegar a Tijuana y despertarla con un beso.  Entonces, el mismo domingo, aún sin saber si las agencias de viajes del aeropuerto estaban abiertas, se me ocurrió ir a ver si podía comprar un boleto para una fecha antes.

Llegamos al aeropuerto y, afortunadamente -o desafortunadamente- estaba en servicio el stand de Air Berlin.  Pregunté el precio y tenían una promoción, por lo cual los boletos me costarían 850€. Genial!, podría ahorrar todavía más. No dudé y compré nuestros dos flamantes pasajes a México. Saldríamos el lunes antes de las ocho de la mañana.

Traté de comprarle a mi esposa una bolsa que trajera algún motivo de Dresden o Alemania pero, por ser domingo, todas las tiendas se encontraban cerradas, de tal manera que me di por vencido y enfilamos rumbo al departamento.

Antes de llegar a nuestro hogar, y dado que no habíamos probado alimento durante la tarde, fuimos a comer Kebabs.  Para esto, yo llevaba una muy buena relación con las personas que allí trabajaban y siempre llevamos una buena relación, quizás por sentirnos identificados en alguna u otra forma.  Cabe destacar, que la mayoría eran turcos, aunque había también un afgano que laboraba con ellos, quien siempre se portó de una manera más amigable que los demás (aunque todos me trataron siempre bastante bien). Después de ordenar lo que deseábamos y comer nuestros suculentos platillos, platiqué largo rato con ellos, de tal forma que, al final, ofrecí todas nuestras cosas como regalo, ya que no las necesitaríamos más.

Esa tarde tomé unas cervezas mientras empacábamos nuestras cosas.  Pasadas las once de la noche, y tal como habíamos quedado, llegaron los turcos.  Parecía que habían traído un batallón de gente.  Empezaron a tomar las cosas del departamento y, en menos de lo que canta un gallo, la casa se había quedado completamente vacía; no quedaba más que nuestra cama (y eso porque la necesitaba esa noche).  Se habían llevado la parrillita eléctrica, las mesitas de la sala, sillones, las cosas de la cocina; ni un plato dejaron, es más, ni un sólo tenedor; se llevaron hasta la poca comida y especias que teníamos, el papel de baño (obviamente me dejaron un rollo), todo.

Mi hijo se fue a dormir inmediatamente después de que se fueron.  Así que me quedé solo y me senté en el piso de la sala recordando y preguntándome tantas cosas...  Pero no había más lugar para la duda.  Ya había echado a andar el plan del regreso y era tarde para hacer algo que cambiara el rumbo de aquella decisión. Además, tampoco quería cambiarla; eso implicaba atormentarme de nuevo.

Tomé unas cervezas más y me fui a la cama.  Ahora mis únicas preocupaciones eran levantarnos tenmprano para salir al día siguiente y que mi esposa no se fuera a dar cuenta de que regresaba, ya que quería darle la sorpresa. 

Desgraciadamente, en cuanto me metí en la cama llamó mi esposa.  Su voz se oía completamente feliz, entusiasmada, totalmente segura de sí.  Con esa seguridad que se notaba en su voz me dijo que no fuera a comprar los boletos, que ya había evaluado la situación y que lo mejor era estar en Dresden, que México se caía a pedazos por tanta violencia.

La voz de mi esposa se apagó en el momento en que tuve que decirle la verdad: Los boletos ya habían sido comprados y no había marcha atrás. En ese momento comenzó a llorar como una niña. Totalmente derrumbada colgó el teléfono y me dejó de nueva cuenta en mi soledad.

Obviamente ya no pude conciliar el sueño.  Me levanté de la cama y prendí un cigarro.  Nada se oía en las calles.  Eran los primeros minutos del lunes 7 de septiembre y la gente se encontraba en su cama; todos dormían, excepto yo.  Mi ventana era la única iluminada en la colonia y, posiblemente, era la única ventana que albergaba amargura, desconcierto y enojo.

Aquella noche pude ver cómo transcurrían las horas mientras todos descansaban...

Comments

  1. Hola Mexicano..... Que hiciste!!!!????? Que historía tan a cuenta gotas!!! Rayos!!! Se que no es así, pero son de esas historias de las que siempre queremos saber el final.... Te cuento rapidito, yo estoy por irme a Australia cuando me salga la visa, pero mi sueño siempre ha sido Alemania, desafortunadamente ni mi esposo ni yo tenemos ciudadanias europeas... Hasta que cierto punto se deja a la pareja sola?? No lo se...

    Espero leerte pronto, que habrás pernsado y decidido...

    Muchas fuerzas Mexicano! Mucho positivismo te envío desde Venezuela, aún!

    ReplyDelete
  2. o diablos!
    tu historia es verdaderamente interesante
    cuando todo empieza a marchar bien, todo se pudre D:
    pffff
    qe pasó??!!
    diablos! tú si sabes llenarme de intrigas
    espero ver pronto tu proxima entrega
    y sabeer que pasó
    creí que tu aventura estaba por terminar XD

    ReplyDelete
  3. Julio,

    Definiciones, puntos de vista, nomenclaturas, etc... Como persona pensante, y a sabiendas de lo que acarrea el contar una vida por medio de un blog, te indico que dejaré tu comentario aqui posteado. Todo esto para dar muestra de la diversidad de pensamientos que existen. Tienes el derecho a expresar lo que te nazca al leer el blog; ése es el punto de este.
    Cada quien tiene su manera de pensar y de llamar las cosas. Cada quien se consigue a la persona que quiere y cada quien puede llegar a ser "looser"; todo depende de quién lo lea o lo escuche en alguna charla de taberna. Para unos, el ser "looser" es no tener dinero y vivir en la pobreza, para otros es el llegar a intentar algo nuevo en su vida (aunque parezca imposible), para otros es el haber sido abandonado por su esposa y dejado en un país lejano (como lo recomiendas), en fin, hay toda una amplia gama de situaciones que lo pueden llegar a colocar como un "looser".
    Yo no puedo juzgar en qué situación estás, mucho menos saber qué ha acontecido en tu vida; por lo mismo me mantengo al margen de lanzar nomenclaturas o encasillarte en un grado especial entre los perdedores. Lo que sí no puedo aceptar, es que alguien, que también expone su vida en un blog, lance improperios y se exprese de manera tan soez como lo has hecho, especialmente hacia un dama que es mi esposa, la cual, si no me ha "dejado" -como recomiendas- es porque nosotros somos una pareja muy unida y tenemos muchas ambiciones.
    Quizá debí de haber puesto un letrero en blog que dijera: Atención, ninguna persona resultó lastimada o se vió mermada en su salud durante la historia relatada.
    Hasta ahora me doy cuenta del grado en que puede llegar a influir un blog: He perdido ahora hasta mi nacionalidad. Me has recomendado que diga que soy guatemalteco o turco. Julio, para mi no hay países; todos tenemos derecho de ser y vivir en cualquier parte del planeta; cada quien se crea sus propios nacionalismos y banderas y creencias y,y,y,y... Yo no sé en qué he de demeritar la -aún más degradada- imagen de México. He de ser un insulto para los mexicanos por haber intentado algo, he de ser la espina en el nopal donde se encuentra para el águila de la bandera mexicana, en fin, según tú, soy una persona no digna de decir que es mexicano. Pero yo me pregunto: Y qué culpa tienen los guatemaltecos o los turcos en este mi embrollo? También soy un"poco hombre" por no afrontar mis responsabilidades. La verdad no sé si he escrito algo de lo que nos ha sucedido en México ( en tijuana -justo de donde eres-); pero mi hijo encontró sus primeros traumas en dicha ciudad y país (será por haber vivido en carne propia lo que acontece ahora) Yo no tengo por qué aclararte mi situación; pero mi hijo ahora disfruta de una vida 1000% mejor que la que tenía en México, se desarrolla de manera normal (aunque todavía no puede escuchar estruendos provocados por cuetes o pequenos explosivos porque comienza a llorar).
    En fin, Julio, te mando un saludo.

    ReplyDelete
  4. Oye, ya aprobé tu comentario en mi blog. Pero haz de saber que ese comentario que apareció en tu blog no es de mi autoría. Es de un mala leche que es de Inglaterra. Lástima de paisano que no sabe de otra. En fin. Fíjate en la estampa de los tiempos entre tu visitante de Inglaterra y el comentario.

    ReplyDelete
  5. Dado lo que me comentas, te ofrezco una disculpa por haber perturbado tu noche de sábado (como esta persona lo hizo conmigo). La verdad, en esto de direcciones IP conozco poco aunque, en el momento en que leí el comentario de esta persona, sí me percaté de que no estaba registrado en las entradas de usuarios como un visitante de Suecia, sino de Inglaterra, lo cual me pareció sumamente raro. Te confieso que hasta (y dada mi poca experiencia en este ámbito) llegué a pensar que esta persona tenía alguna manera de enrutarse a una dirección IP en Inglaterra. Lo que sucedió fue que, al momento de dar click al nick del susodicho, me envió hacia www.yonderliesit.org y, por ese motivo, contesté aquí. Ahora que me enviaste tu primer comentario aclarando la situación, me envía hacia http://lucesnordicas.wordpress.com/. Es más, yo he leído en algunas ocasiones tu blog (en este mismo) y no sabía que tuvieras dos y que alguien se pudiera ligar a tu cuenta para hacer comentarios.
    Te mando un cordial saludo y reitero mis disculpas.
    Que te la sigas pasando bien en esta noche de sábado.

    ReplyDelete
  6. Agrego a esta persona que se esconde detrás del Blog que no es el suyo,
    La verdad no sé si soy un "looser", no sé si soy una vergüenza para los mexicanos. Lo que sí sé, es que -por lo menos- tengo el valor de desnudarme ante la gente; de contar lo que me sucedió (y sucede ahora); a sabiendas de que, como me pueden tirar rosas o me pueden tirar piedras.
    El comentario que envías, tú, amigo falsificador de firmas, hubiera sido completamente aceptable (aunque sin un lenguaje vulgar) si hubieras escrito con tu verdadera identidad; pero ahora que vemos tu manera de actuar, queda totalmente fuera de lugar.
    Qué tal si te desnudaras ante la gente? Expondrías la historia de tu vida? Si lo llegas a hacer, espero que no te encuentres con alguien igual que tú. Recuerda que en la vida todo se regresa.

    ReplyDelete
  7. Hola! El autor anónimo es el verdadero looser, no se atreve a dar la cara porque se avergüenza de sí mismo con toda razón. NO pienso perder más tiempo dedicándole líneas a alguien como el anónimo.

    Sea lo que haya encontrado tu esposa en México debió ser más que espelusnante para preferir regresar al infierno que estaban vivieno en Dresden. Me da mucha tristeza pues quiere decir que las cosas en México de plano se han tornado peor que el infierno! Todo por culpa de la corrupción y la mediocridad de la autoridades que se entienden con el narcotráfico. No se merecía México un destino tan inhumano.

    ReplyDelete
  8. Buen dia, que paso con el blog? tengo tiempo siguiendote pero ya paso un mes desde la ultima vez que escribiste un post, nos dejas con la intriga !

    Excelente trabajo !

    Saludos

    ReplyDelete
  9. Pues con el blog no ha pasado nada y esperemos que con el blogero tampoco y la razón por la que no escriba sea por tanto trabajo y por que anda con su chamaquito y su señora.

    Saludos desde México, échenle ganas.

    ReplyDelete
  10. Pues el blog ya lo había tenido un poco en el olvido. Les agradezco estar al pendiente. Este lapsus de ausencia tendrá que venir, seguramente, en un post futuro que haga referencia a estas fechas.
    Seguimos adelante.
    Saludos

    ReplyDelete

Post a Comment

Popular posts from this blog