El restaurante y la estación.

Una semana después de nuestra entrada al departamento, había pasado la eufória de éste.
"Él" hacía sus cosas con normalidad y únicamente nos veíamos por las noches. Mientras tanto, yo me dedicaba a buscar un trabajo, ya que tenía -por fin- mis permisos en la mano.

Caminaba por las calles en busca de trabajo, iba a entrevistas, me rechazaban y seguía buscando.
En una tarde, cuando el sol descargaba con coraje su poder sobre la ciudad, encontré un pequeño restaurante en donde ofrecían comida de latinoamérica. Entre al local y pregunté por el empleo. Me atendió la esposa del encargado del lugar. Esta persona encargada que, por cierto, es latinoamericana, me pidió que hiciera una cita para poder charlar más a fondo y entrevistarme.

Con la ilusión en la mano regresé a darle la noticia a mi esposa. Esa noche dormí satisfecho porque veía una posibilidad de trabajar.

A la mañana siguiente me arreglé para salir a la entrevista. Me puse mis mejores galas (uy sí, cómo no) y llegué al restaurante. Me entrevistaron y se portaron muy amables conmigo. Una hora después, había logrado que me hiciera una prueba de trabajo.

Asistí a la prueba de trabajo y me di cuenta de la realidad: las personas que ahí trabajaban me veían con cierta inferioridad y la persona encargada se portaba de manera discriminatoria conmigo. Tal parecía que el ser mexicano era un delito en donde un centroamericano estaba de encargado. Nunca había experimentado ese resentimiento hacia mi país por parte de un centroamericano. Sin embargo, seguí yendo y di lo mejor de mí para quedarme con el empleo.

Al final de mi prueba, se me informó que sí me había quedado con el empleo; pero que el restaurante iba a ser remodelado y que, dada mi situación tan económicamente preocupante, podría ir a ayudar en la remodelación. La historia se repetía: trabajaba de nuevo en el ramo de la construcción y me trajo muchos recuerdos de cuando llegué a vivir a Tecate. Todo era igual a Tecate: el calor era insoportable, olor a cemento, pintura, madera, las manos astilladas, mi poca ropa decente manchada por la pintura; sin embargo, estaba generando un poco de dinero, lo cual me daba para, por lo menos, comer y tratar de juntar la renta que venía. He de recordarles que tenía -todavía- un pago pendiente del depósito del departamento, así que debía trabajar todas las horas que se me ofrecieran para poder salir adelante.

Durante la remodelación los malos tratos seguían, aunque casi diariamente, me llamaban para ir a trabajar. Debo apuntar que había comprado un teléfono celular para poder estar en contacto. Cada mañana se nos presentaba a mi esposa y a mí la duda de si sería llamado para trabajar.

Una noche, cuando llegaba de trabajar, tomábamos mi esposa y yo un par de cervezas calientes. Oímos que "Él" entró al departamento. Mas nos quedamos en la habitación terminando nuestras cervezas y nuestra charla. Quince minutos después, fui a la habitación para saludarlo. No lo encontré. En su lugar, hallé una nota encima de su colchoneta. Se despedía de nosotros y nos deseaba suerte. De igual manera retiraba el Bürgschaft dado que ya tenía un empleo. Me asomé por la ventana y lo vi caminando a la estación del tranvia, así que corrí y lo alcance. Ya en la estación le di las gracias por todo. Pero, sobre todo, quería saber algo: Por qué nos había ayudado? Lo que me respondió fue: Y por qué no? Abordó el tranvía y vi cómo se alejó y lo perdí de vista en la lejanía. Ahí me quede: parado, en la noche, viendo el camino por el que se fue. No lo pude evitar y unas lágrimas salieron de mis ojos para posarse sobre mis mejillas.

A "Él": Te agradezco todo lo que has hecho, Dios te bendiga...

Comments

  1. Hola Mexicano, soy Koalita de Venezuela. Encontré tu blog en la página de expat. de verdad tu historia me ha conmovido profundamente, debiido a que también pienso emigrar con mi esposo, diferencia: Ninguno es europeo, pero primero nos vamos de estudiantes. por otro lado, estoy haciendo el proceso de visado a australia, porque no continuo?? porque me falta ingles para aprobar el examen IELTS com 7/ 9, y sólo llego a 6. Hemos pensado en ir a Alemania, pero no creo. Sin embrgo, espero que sigas escribiendo y te deseo no suerte, te deseo ÉXITO!!!!

    Saludos desde Venezuela.

    Un abrazo.

    ReplyDelete
  2. Lo de la hostilidad de los centroamericanos hacia los mexicanos no me sorprende para nada, yo viví en dos países centroamericanos por un total de 5 an~os y me quedó claro que hay un recelo y una antipatía hacia México muy evidentes, en gran parte generadas por los problemas migratorios y en otra gran parte (en aquel entonces eran los an~os 80) por la política que seguía México hacia los conflictos en Centro América que era muy mal recibida a nivel oficial. En algunos países centroamericanos incluso había una verdadera campan~a contra México. En fin hay una serie de resentimientos no superados a lo que se suma el clima de competencia por las pocas plazas de trabajo que hay para los latinos en el exterior, en fin puedo imaginar los malos tratos y el desprecio de los centroamericanos hacia tí por ser mexicano.

    ReplyDelete
  3. Koalita,

    Te deseo que tengas exito en tus proyectos. No nos queda de otra más que seguir intentando. Yo te invito a que sigas intentando y nunca te canses de hacerlo.

    ReplyDelete
  4. Eduardo,

    Pues hasta ahorita te vengo respondiendo; disculpa por no haberlo hecho antes.
    Pues lo que comentas con respecto a el rechazo que vivimos por parte de algunas personas de centroamérica es cierto. Yo mismo estoy viviendo otra situación similar en este momento; después lo publicaré en el blog.
    Lo imprtante de todo esto es que sepamos que si los perros ladran es porque vamos avanzando y no prestar ya tanta atención a este tipo de personas que no hacen más que echar a perder una tarde o una estancia en aquellos países.
    Te mando un saludo.

    ReplyDelete

Post a Comment

Popular posts from this blog