Vacuidad

Después de aquella noche, y muy apurados, nos alistamos para salir rumbo al aeropuerto.  Faltaban aún cosas por hacer: Había pensado en dejar una carta en el buzón de la administración de los departamentos para hacer saber que dejábamos el departamento y que nos disculparan por no avisar de manera correcta.

Sin embargo, no lo hice; dejé la carta encima de un buró dentro del departamento.  Simplemente quería que encontraran la carta y supieran -entonces- que nos habíamos ido.  En ese momento, me importaba poco el qué pensarían de mí en Alemania.  Me despedí del departamento; me despedí de cada habitación y rincón. Con nostalgia recordaba cómo nos albergó el tiempo en que estuvimos ahí; todas las cosas que pasamos... no quería olvidarme de nada, quería mantenerlo vivo en mi memoria y, para poder hacerlo, me llevaría uno de los juegos de llaves que nos entregaron, así como tengo los juegos de llaves de los departamentos en donde he vivido (no sé, es algo que hago normalmente; siempre he sido una persona muy nostálgica).

Tomamos las maletas y salimos rumbo a la estación del tren para que nos llevara al aeropuerto.  Quince minutos más tarde estábamos buscando nuestro vuelo y hacíamos check in para abordarlo.

Eran las 8:15 de la mañana cuando dejábamos la ciudad en donde pasamos tantas cosas, y pude divisar desde el aire el río Elba, por el cual caminé tantas veces pensando en la situación tan difícil que nos acontecía. 
Fue un vuelo muy corto, como de unos treinta minutos, y llegamos a Düsseldorf, ciudad en donde abordaríamos un avión más grande para ser llevados hasta Los Ángeles, California.

Teóricamente, tendríamos que esperar una hora y media para abordar nuestro vuelo en conexión, así que nos apresuramos a ir a la sala de espera.  Nos acomodamos en unas sillas y mi hijo jugaba con dos avioncitos de plástico.  Llegaba la hora del abordaje, pero no había nadie en la sala; no había pasajeros (más que cinco o seis personas); no había personal de la aerolínea, y me extrañó ver tantos aviones de Air Berlin en tierra; pensé: "Bueno, puede que aquí sea el aeropuerto base de la aerolínea".

La hora del abordaje había pasado y nadie llegó.  Ninguna información ni nada.  Pensaba que, posiblemente, erré al momento de llegar a la sala de espera; pero no, en realidad sí estaba en la sala indicada.  Se me acercó una pareja y me comentaron que había llegado el rumor de que una huelga había estallado; que todos los aviones de Air Berlin estaban en tierra y que no se veía un solución pronta.  Fue entonces cuando nos unimos los pocos pasajeros que estábamos allí y buscamos a alguien del personal para poder aclarar nuestras dudas.  Buscamos en un Lounge de Air Berlin y dijeron no tener conocimiento de nada (acto seguido, cerraron las puertas del Lounge ).  Decidimos salir hacia los mostradores de la aerolínea, aún saltando los diversos filtros instalados por la seguridad del aeropuerto, y llegamos hasta los mostradores.

Al momento de llegar, era imposible saber qué pasaba.  El aeropuerto era un caos; miles de personas confundidas y muy largas colas enfrente de los mostradores de esta aerolínea.  La televisión se hacía presente entrevistando a algunos pasajeros y por todas partes se escuchaba que había huelga.  Los mostradores se encontraban cerrados y no había manera de ser informado.  De esta manera, decidí formarnos y esperar.

Pasaron dos o tres horas hasta que se abrieron algunos mostradores de la aerolínea y, obviamente, el personal no era suficiente como para atender con prontitud a todos.  Supe entonces que se nos avecinaba una espera larga, muy larga.

Comments

  1. Ahora sí que te toca regan~o! Cómo que te llevas las llaves del hotel? No se vale, como hotelero te digo que es lo peor que puede pasarle a uno, preferible que se lleven toallas, cubiertos, lo que sea pero no las llaves y mucho menos si tienen código, la copia sale carísima y a veces ni siquiera es posible hacer una copia sin permiso de la administración del edificio, cosa que en Alemania (como seguramente tú ya lo sabes) no es nada fácil pues les gusta hacerse del rogar cuando según ellos cometiste una falta.
    En el futuro mejor llévate cualquier otra cosa menoslas llaves, no seas gacho :-((((
    Por otra parte, gracoas por continuar la historia. Ya nos tenías preocupados a todos tus seguidores, yo hasta escribí una entrada en mi blog preguntándome que habría pasado.
    Sigue adelante!

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  2. Jajajaja, sí, me imagino que ha de ser muy complicado el sacar una copia de una llave como la que describes, y más tratándose de Alemania. Lo bueno que no fueron las llaves del hotel, sino del departamento.
    Muchas gracias por la preocupación y, sobre todo, por haber posteado algo a mi respecto.
    Más adelante postearé algo con referencia a esta ausencia, y no lo he hecho porque se cortaría el hilo de la historia. Prefiero que cuando lleguemos a esta parte, sea por medio de la historia misma.
    Te mando muchos saludos y te reitero mi agradecimiento por tu preocupación, y también a los demás por estar al pendiente.

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