Cómo cambian las cosas

Estaba el fin de semana pasado muy a gusto "posteando" mi historia y, de pronto, una infección en el oído rompió con la tranquilidad que me abarcaba en ese momento y, por ende, ni ganas de prender la compu ni nada. Pensé que quedaría sordo; casi no oía. Pero bueno, apenas me recupero y, qué veo? No tengo Internet!! Ya que andábamos cortos de dinero (como dirían en las Alemanias: "La lana andaba Knapp"); la tarjeta sobregirada y no se pudo cargar el cobro correspondiente. Entonces, con las secuelas de la infección, con nieve y frío, me dirijo al Vodafone más cercano a pagar la cuenta.
Sin embargo, fiel a mi tradición (por no decir otra cosa) y con todo esto de andar recordando mi pasado, he abierto una cerveza y prendido un cigarrillo -el cual ya ni me sabe a nada, ya que ahora tengo infección en la garganta-. Desfilan ante mis ojos imágenes de mi pasado que me gustaría plasmar en este espacio y más porque hoy he chateado con un amigo de hace mucho tiempo. También me pasan por la mente poemas, en especial el de la Tía Chofi de Jaime Sabines y no he dejado de pensarlo en todo el día. Quizá porque tengo una tía en las mismas circunstancias. Ella, al igual que mucha gente en México, es pensionada; trabajó para Pemex mientras su cuerpo -ahora con más de setenta años- aguantó, además de haber pasado su vida dedicándola a su madre y nunca haberse casado.
La relación que llevaron mi abuela y mi tía es una cosa totalmente discordante con la relación que lleva mi esposa y mi madre, ya que -como lo he comentado antes- mi esposa y mi sacrosanta madre nunca se han podido llevar bien (y dudo que lo puedan hacer), y durante el tiempo que vivimos en su casa tuve que verme en la situación de mediar entre ellas para que no se hicieran más grandes los problemas; sin embargo, las cosas se fueron a pique, al punto en que un día nos dejó afuera de la casa; afortunadamente, resolvimos esa situación.
Quisiera aclarar que no quiero dar una mala imagen de mi madre. En sí, deseo reiterar el amor que siento por ella, pero hasta mi tía tuvo altercados con su madre, así que no me siento tan mal.
Dadas todas estas dificultades intrafamiliares (esposa vs madre), y aunado a que yo laboraba en una cadena de farmacias (Farmacias Roma) en donde el salario no era lo que precisamente una persona desea obtener por ocho horas de trabajo, se hizo más que insoportable nuestra situación y nos vimos en la necesidad de pensar en un cambio, talvez de trabajo o bien de casa, aunque mudarnos nos tomaría meses lograrlo.
Me gustaría apuntar que el trabajo en la farmacia era el mejor que había tenido, ya que antes laboraba haciendo planchas de concreto y adoquines; era convivir todo el día con palas, cucharas y cubetas rellenas con mezcla. Cabe señalar, que las "cubetitas" con mezcla no son a la de enchílame ésta. No! Bien te puedes romper el espinazo tratando de cargarlas. Desgraciadamente, esa clase de trabajo no me sirvió para nada; sigo igual de flaco y debilucho.
En realidad, el departamento a donde -meses mas tarde- nos mudamos era bastante bonito; estaba recién construído y gozaba de una bonita vista de la ciudad de T.... Dicho departamento lo recuerdo con mucho cariño, ya que allí se gestó la idea de hacer lo que ahora es E..........................O: un dueto (junto con mi esposa) de poesía, música y performance que presentamos con éxito en el Distrito Federal. En ese entonces, había renunciado a mi trabajo para fundar mi propio negocio (sí, cómo no), el cual no dio los frutos esperados y, seis meses más tarde, quedó enterrado junto con tantas cosas que he dejado inconclusas.
Es así como llego a M....., dado que en T...... el empleo escasea y los salarios son raquíticos. Para entonces pedí trabajo en Sanborn´s como cajero y, en la entrevista con el gerente, me da el empleo como jefe de piso. Yo sé que para muchas personas dicho empleo no significa nada, pero para mí significó un paso grande, un aire nuevo y, sobretodo, una mejor manera de salir adelante. Por cierto, en el lapso entre que "fundé" mi negocio y conseguí el empleo en Sanborn´s, una extraña enfermedad (o por lo menos extraña para mí) me atacó los ojos y estuve a punto de perder la vista...

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