La idea

Habíamos decidido hacer algo más grande a lo que estaba haciendo yo en ese momento. Sabíamos que el comprar las playeras a bajo precio era una buena opción; pero imprimirlas y venderlas nosotros mismos -supusimos- sería una mejor manera de sacar más utilidad.

Entonces decidimos asociarnos. Yo con el poco dinero y experiencia con que contaba,él con muchas ganas e imaginación y con algo de dinero.

Buscamos un local en el cual pudiéramos trabajar libremente. Desgraciadamente, las rentas eran muy altas de acuerdo a nuestras posibilidades; fue así como decidimos empezar a trabajar desde la casa de mi socio.

Por supuesto, no contábamos con dinero para comprar las máquinas necesarias para montar un taller de serigrafía. De esta manera, comenzamos a fabricarlas nosotros mismos: compramos mucha madera; de diferentes medidas y formas. Unos días más tarde estában las máquinas terminadas. Habíamos ideado una manera para poder imprimir playeras de manera sistemática; estamos hablando de unas 35000 playeras al mes. Digo, para ser una máquina hecha por nosotros suena bastante bien.

Ahora faltaba ver lo demás: pinturas, solventes, playeras -obviamente-, emulsiones, etc... Tuvimos que conseguir el dinero para todo eso; nos tomó más de tres semanas conseguirlo, pero, al final, pudimos comprar las cosas que nos faltaban.

Lo primero que sacamos fueron 40 playeras: grises, blancas y negras. Las imprimimos con sólo una tinta (claro, que contrastara con el color de la playera) y salimos a venderlas al mercado de pulgas. Aquél día vendimos unas cuantas; pero al cabo de un mes, ya cuando nos habíamos dado a conocer, la gente comenzó a buscarnos.

No digo que somos unos genios en ventas, sino que hemos estado en el lugar adecuado, en el momento adecuado. De esta manera, y aprovechando que mi socio vive en un barrio muy conocido de Dresden, pudimos tener acceso a un local durante la celebración de la  Bunte Republik Neustadt . Así pues, fuimos teniendo la oportunidad de ahorrar y de comprar más playeras, colores, madera para marcos, malla para los marcos y, al final de todo, logramos rentar un pequeño taller.